Este Gobierno siempre respeta y apoya la libertad de navegación en el mar Meridional de China garantizada por la ley internacional a todos los países, dijo Lu Kang, portavoz de la Cancillería china.
Sin embargo, agregó, nos oponemos a cualquier infracción de la soberanía, la seguridad y los intereses marítimos de esta nación bajo la excusa de la libertad de navegación.
Lu expuso tales declaraciones en rueda de prensa en respuesta a la reciente incursión de un destructor de misiles guiados de la Armada estadounidense en las aguas chinas.
El portavoz del Pentágono, el capitán Jeff Davis, dijo el sábado que la mencionada operación tenía como objetivo desafiar las políticas que restringiesen los derechos y la libertad de navegación, pero que Estados Unidos no se posiciona de manera alguna en cuanto a las reclamaciones de soberanía sobre las formaciones terrestres naturales en el mar Meridional de China.
Ante esa situación, el vocero respondió que el denominado "plan de libertad de navegación" ejercido por Washington durante muchos años no se ajusta a la ley internacional, ignora la soberanía, la seguridad y los intereses marítimos de los países costeros y pone en peligro la paz y la estabilidad de la región.
En realidad lo que Estados Unidos persigue es la hegemonía marítima usando como pretexto la "libertad", la cual ha recibido la oposición de la comunidad internacional, especialmente de los países en vías de desarrollo, enfatizó Lu.
Añadió que esa acción fue peligrosa e irresponsable y en ese sentido aconsejó a la administración de Estados Unidos abandonar ese tipo de maniobra dañina.
El destructor de misiles USS Curtis Wilbur navegó este sábado a 12 millas náuticas de Zhongjian Dao, parte de las islas Xisha.
Según el Ministerio de Defensa Nacional, las tropas chinas estacionadas en la isla y los buques y aviones de la Armada de este territorio reaccionaron de inmediato: identificaron el barco estadounidense, emitieron avisos y lo expulsaron finalmente.
Tanto la Cancillería como esa cartera emitieron seguidamente un comunicado condenando esas acciones.
Las disputas de soberanía en el Mar Meridional de China o Mar Oriental se originaron en reclamaciones territoriales sobre áreas marítimas y de las islas Paracels y Spratlys, que involucran a China, Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei.
Beijing y Hanoi se comprometieron a solucionar de forma pacífica la disputa del Mar Meridional de China o Mar Oriental.
Esta administración exhortó en varias ocasiones a los territorios fuera de la región a evitar operaciones que causen tensión en el Mar Meridional de China, aludiendo que ese tema solo le compete a los estados ubicados geográficamente en esa zona.
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